Hoy, 11 de mayo, muchas Comunidades Autónomas, provincias, áreas sanitarias y ciudades de todo el país dan un salto a la fase 1, en un pequeño paso para aligerar las normas de este largo confinamiento. En el capítulo VIII de la orden ministerial que establece lo que se puede y no se puede hacer en esta fase, se habla de la “apertura” de las bibliotecas. Término que puede resultar equívoco por lo que respecta a las bibliotecas de ciencias de la salud del país, ya sean éstas de hospitales, de consejerías, de universidades, de centros de investigación o de colegios profesionales, pues todas ellas no han estado “cerradas” durante estos meses.
Si bien casi todas las bibliotecas de ciencias de salud del país han clausurado sus salas y sus instalaciones desde mediados de marzo ello no ha significado que hayan cesado en sus actividades. Todo lo contrario. Acostumbrados al trabajo online, los profesionales de las bibliotecas sanitarias han trasladado sus despachos a sus propios domicilios, ofreciendo, excepto el de consulta en sala y préstamo de documentos en mano, todos los demás servicios que caracterizan a estas bibliotecas: solicitud de documentos, búsquedas bibliográficas, resolución de dudas, actualización de las producciones científicas, consultas de factores de impactos, ayuda a alumnos en sus TGFs, másteres y tesis doctorales, etc. Y a este trabajo periódico se ha sumado una nueva actividad: la de recopilar, seleccionar y difundir información a sus usuarios acerca de la COVID-19.
La Biblioteca Nacional de Ciencias de la Salud, nada más empezar esta pandemia, creó una Guía de recursos, continuamente actualizada, que ha sido un referente para todos durante estas semanas.
Bibliotecas virtuales como las de Aragón (Al día con el COVID-19), Baleares (@BiblioSalut), Cataluña (Biblioteca Virtual del Sistema Sanitari Públic) o Galicia (BiblioSaúde) han creado en sus webs secciones especializadas sobre la COVID-19 y proporcionan la información más relevante y actualizada a sus usuarios.
Lo mismo están haciendo diferentes bibliotecas de hospitales, como las del 12 de Octubre, Fuenlabrada, Getafe, La Paz o Puerta de Hierro, y las bibliotecas universitarias, como las de la Complutense o Alcalá de Henares, por señalar las de la región madrileña en representación de todas las bibliotecas hospitalarias y universitarias de ciencias de la salud del país. Sin olvidar a los colegios de médicos o de enfermería.
También han surgido ex novo propuestas marcadamente colaborativas, como la del colectivo #AyudaBiblioteca, en el que se encuentran participando más de 90 bibliotecas de salud del país, intercambiando información, elaborando estrategias, recopilando bibliografía y resolviendo dudas a los profesionales sanitarios.
Y mesas redondas sobre el papel de las bibliotecas durante la pandemia, y actividades formativas acerca del nuevo Pubmed, y homenajes a los profesionales sanitarios…
Toda una serie de iniciativas, desarrolladas con teletrabajo, que remarcan la preparación, modernización y capacidad de adaptación de un colectivo que lleva años trabajando en entornos virtuales, y que sin “abrir” sus salas de lectura o de ordenadores (para lo cual aún habrá que esperar algunas semanas) no han cesado de ofrecer información y sus servicios desde la mañana a la noche todos los días de la semana. Y llo sin olvidar en ningún momento a sus amigos y compañeros que, en los centros sanitarios, limitados de recursos, camas y personal, llevan dándolo todo por los ciudadanos.
Las bibliotecas de ciencias de la salud, desde el 14 de marzo, fecha del decreto del estado de alarma, no hemos estado de vacaciones. Todo lo contrario.
Equipo Biblioteca H12O