Cristina Ojeda, del Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital 12 de Octubre, es una de las autoras del trabajo publicado en The Surgeon sobre el impacto de la COVID-19 en los servicios de fractura de cadera.
La pandemia provocó una interrupción en los servicios de traumatología dedicados a las fracturas de cadera. Este grupo de pacientes requiere una atención especializada y es posible que estas interrupciones hayan provocado aumento de la morbilidad y mortalidad así como mayores costes hospitalarios. Para evaluar el impacto de estas interrupciones se diseñó un cuestionario que fue contestado por 185 servicios de 14 países. Un 64% de los encuestados informó de un empeoramiento de la atención atribuido a la redistribución del personal, la reasignación de áreas de hospitalización y la reducción del acceso a las áreas quirúrgicas. Dos tercios perdieron enfermeras y una cuarta parte perdió fisioterapeutas. La reasignación de áreas supuso que muchos pacientes fueran atendidos por equipos no especializados. Un 46% de los encuestados informó de una importante reducción de las actividades quirúrgicas atribuidas a la disminución de recursos, tiempos más prolongados de anestesia, retraso en las pruebas de COVID-19 preoperatorias y el manejo de lo EPIs.
Equipo Biblioteca H12O